Thursday, June 15, 2006

Cuentos de camionetica cap.3

Aja aquí va la tercera entrega del thirller "Cuentos de camionetica" jajaja debo recordarle a todos los seguidores que estas historia son verdaderas, una vez mi mejor amigo, V. (Tilo este recurso es demasidado útil lo voy a usar por mucho tiempo) dijo que yo comoque era mitomano jajaj luego me tuvo que creer, su incredulidad se debía a que no creia que yo levantaba chamos en la calle y terminaba con su número telefónico, pero esos son otros cuentos. Volviendo a lo que nos interesa en este post...

Era sábado por la tarde, alrededor de las 5pm, y me dirigía a tomar u autobús que me llevara a mi casa pero para elo debía tomar otro que me acercara a la ruta desead, tomé un carrito en Chacaito, de esos que van por la Av. Francisco Solano, el trayecto fue relativamente tranquilo y de hecho el carrito estuvo medio vacío casi todo el camino, en parte porque el ese día no había mucha gente en la calle, en parte porque el chofer debía tener problemas estomacales, porque iba coo que urgido en llegar a algún lado. Mi destino es la Plaza Venezuela, faltando unos 200 metros para llegar a mi parada chofer se detiene para dejar y recoger más pasajeros, el útimo pasajero en abordar el carrito es un negrote, de 1.80 como de 100kgs de peso tipo fisicoculturista, enfundado en un pantalon de mono (joggins) y franelita deportiva (playera) cabeza rapada, cara simpática, y amplia sonrisa de dientes blancos, aquí el detalle, si me fijé en la sonrisa porque no habiendo terminado de subir, el chofer decide emprender la marcha y hace que el negrote pierda el equilibrio y da un traspié pero se recupera y dice en voz alta:

- Señor tenga cuidado

y se volte y me mira, me sonríe, me mustra su excelente juego de dientes, y me dice:

-Casi hace que me rompa una pierna

Yo andaba sentado en el peusto al aldo de la ventanilla, y e que staba a mi lado andaba desocupado, el negrote o dejó de mirarme, su mirada fué muy intensa, me incomodó y me puse a mirar por la ventanilla, luego decidió que entre todos los puestos vacíos que habían en la unidad ese era donde se iba a sentar, y así lo hizo, se sentó muy pegado a mi, tanto que yo creia que me iba a estampar contra la ventana, soy bastante delgado, y cuando siento el contacto físico me volteo y lo veo mirandome y sonriendome, ahí me dijea mi mismo: "¡ay papá! aquí me huele a negro marico, pero me temo que sadicón" y no me equivoqué, no había recorrido 50 metros el carrito, cuando sentí como el brazote del tipo se movía con toda la intensión de rozar el mío, cabe acotar que el brazo del negro debía ser tan grueso coo una pierna mía. Yo sentía el brazo y e volví a voltear a ver al tipo, y me seguía mirando, y sonriendo. (poner aquí úsica de suspenso/terror) Pero esta vez un movimiento de su mano me llama la atención, tenía la mano en la entre peirna, y con los dedos indice y pulgar se jalaba repetidamente la tela del pantalon, en forma insinuante, nada casual, empecé a sudar frío, levante a vista y me seguía sonriendo, pero que fornuna, ya había llegado donde me tenía que bajar, le dije:

- me da permiso, y le sonreí, grave error de mi parte.

Me bajé, camine 5 metros y algo me dijo que tenía que voltear y ahí estaba el negrote bajando del autobus, yo pienso "¿coño quien se sube en un auntobus en una esquina para bajarse en la otra?", me asusto, camino un paoc más rápido para llegar a mi aprada de autobuses, pero aun me falta, miro de reojo y se que viene detrás mio a pocos metros. Por fin llego a la parada hay cola para subir el autobús, me pongo de último, no volteo, pero veo cuando pasa a mi lado, sigomirando al frente, luego de uno momento, me inclino a miderecha apra ver si ya está lejos y veo al negro caminando alejandose pero se detiene por una fracción de segundo, se voltea y me sonríe,
- "ay santa cachucha", dije entre dientes, y casi que me hacía al señal de la cruz, pero como hace años que olvidé como se hace, solo me crucé de brazos, y me enderezo, la cola se mueve y anordo el autobús,a al vez que lanzo unlargo suspiro, ya me sentía más seguro, el negro había desaparecido.
Aquel hombre era grande y fuerte, muy bien podría haberme tomado con una mano por mi cuello y haberme obligado a hacer lo que él quisiera, pero les juro que mirando al pasado, debe ser que aquel día yo estaba muy atemorizad, o tenia el cobarde alto, porque e hombre estaba bien bueno, solo que la actitud sadicona me intimidó, de vez en cuando tomo la misma ruta, y estoy pendiente a ver si el negro anda por ahí jajaja.

6 comments:

El "Dulzor de Ostras" said...

Interesantes crónicas..., me imagino qué pasará cuando llegues a la verdadera acción

Volveré.

Anonymous said...

jajajajaj q miedo pata!!!! yo no quiero sadicones asi!!!! me hiciste recordar el dia ese en madrid q estuve en el parque del retiro, q susto!!!!

pero estas historias son lo maximo!!! patacaliente el relator oficial del gremio!!!

Anonymous said...

por cierto, jamas he estado con un negrazo como ese de la foto.. vaya armamento q carga no???

JP said...

LA TRILOGIA ESTUVO MUY BUENA...

ESTE BLOG ESTA MUY BUENO LA VERDAD
NO TE IMAGINMO EN BOGOTÁ..JEJEJE

Giorgio Pasteur said...

Pues es que en bogota en los mediocres busus no pasa nada, yo no sé si a don Joker, le haya pasado algo, pero maximo es una mirada, aunque yo si me traje a un niño del "transmilenio" a mi casa, pero esa es otra historia, jejejeje.

Un saludo señor Patacaliente

Noor! said...

o eres timido o eres atrevidooo... yo no fuese perdido la oportunidad como me gusta un negro...
dale al negro lo q el negro pide..

saludoss